El partido de llerena a finales del XVIII

El partido de llerena a finales del XVIII

viernes, 22 de abril de 2011

CROQUIS O HITOS DE LLERENA Y PUEBLOS DE SU PARTIDOS (1595)

Planta de la dehesa del Bercial, en término de Valencia de las Torres
AGS,MPD,51/017
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Ídem, con detalles sobre Campillo y Retamal de Llerena
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Hito-croquis representando a Hornachos
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Ídem, representando a Llera
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Ídem representando a Valencia de las Torres


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Dehesa del Pizarral, en término de Fuente de Cantos, con detalles de los croquis-hitos que representan a Bienvenida, Fuente de Cantos, Llerena, Montemolín y Usagre
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Planta de las dehesas de Çafra y Quebrada, en término de Montánchez (1/2)


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Ídem, mitad oriental
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Planta de la dehesa del Pedroso (1610), en término de Rivera del Maestre.


AGS, MPD, 27,011


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Con las ilustraciones anteriores sólo pretendemos dar a conocer unos dibujos de 1596 en los que, a modo de croquis o hitos, aparecen representadas ciertas dehesas y pueblos del entorno geográfico y jurisdiccional de Llerena.

La publicación no queda justificada precisamente por su fidelidad, sino por la antigüedad y curiosidad e los dibujos. En cualquier caso, es preciso indicar que su autor, Doménico Quirico, lo que realmente pretendía era reflejar con la mayor fidelidad posible algunas de las dehesas que la Mesa Maestral santiaguista poseía en Extremadura, por lo que hemos de considerar que sus dibujos sobre estas dehesas eran croquis aproximados de las mismas. Sin embargo, no podemos decir lo mismo sobre los pueblos que incluye en sus dibujos, tratándose en este caso de simples mojones o hitos ilustrados que indicaban la ubicación relativa de las dehesas respecto a los pueblos que les eran más próximos.

En algunos de estos pueblos-hitos se detecta un mayor esmero del dibujante, como los que rodeaban a la dehesa del Bercial (Hornachos, Llera, Valencia de las Torres, Campillo y Retamal), mientras que en otros apenas los esboza, como los que flanquean a la dehesa del Pizarral (Llerena, Bienvenida, Usagre, Fuente de Cantos y Montemolín). Curioso y más elaborado resulta el croquis y los hitos que representan las dehesas de Çafra y Quebrada, en término de Montánchez.

Además de los dibujos de Quirico, incluimos otro más tardío (1610) relativo a la dehesa del Pedroso, rodeada de los pueblos de Almendralejo, Villafranca, Rivera y Puebla del Prior

Los dibujos, como ya se ha indicado corresponden a los últimos años del reinado de Felipe II, cuando la hacienda real estaba prácticamente en bancarrota, necesitando como nunca aprovechar al máximo sus recursos. Por ello, conociéndose en la Contaduría Mayor de la Orden de Santiago (organismo integrado dentro de la Contaduría Mayor de la Real Hacienda) que las rentas de las dehesas de la Mesa Maestral de dicha Orden en su Provincia de León en Extremadura había venido a menos en los últimos años, don Alvis Gaytán de Ayala, en calidad de caballero de la Orden de Santiago, del consejo de S. M. y contador mayor de dicha Orden, reparó en este asunto y decidió intervenir por ver si se podía remediar en algo el paupérrimo estado de las arcas reales. Por ello, en noviembre de 1595 designó a Juan Doménico Quirico para que en nombre de S. M. visitase cada una de estas dehesas, reponiendo sus mojoneras donde fuese preciso y amillarándolas (medirlas) de nuevo. Igualmente debería informar sobre sus usos y rentas en 1596, además de opinar sobre el mejor modo de conservarlas y explotarlas en beneficio de la real hacienda. Dicho informe, que es el que se utiliza para el presente artículo, se localiza en el AGS, Patronato Real, Caja 37, Documento 27 (Relación y compendio de las dehesas que S. M. tiene en el maestrazgo de Santiago y la Provincia de León, fol. 987V y ss. para la dehesa del Pizarral).

Pocos días después ya estaba Quirico en Mérida, centrado en su compleja comisión, concretamente contratando a personas idóneas y expertas en la medición de tierras. Todo ello, naturalmente, una vez que tuvo noticias de las dehesas a medir y amojonar, cuya situación geográfica y relación aparece en la tabla que precede al informe final que firmó en Llerena, “el postrero día de diciembre de 1598”, después de tres años, un mes y quince días dedicados a este asunto.

Llegado a este punto y pensando en el lector menos familiarizado con las peculiaridades santiaguistas, convendría situarnos en el origen de estas dehesas pues, al ser citadas habitualmente como dehesas del Rey o de S. M., bien pudiera inducir a interpretaciones erróneas. En efecto, las dehesas en cuestión eran de S. M. pero no como rey, sino en calidad de maestre y administrador perpetuo de las Órdenes Militares, una vez que los Reyes Católicos tomaron para sí dicha función y que su nieto, el emperador Carlos I de España, asumiera en nombre de la corona y mediante bula papal su administración real y perpetua. Por ello, no sólo estas dehesas, sino todos los derechos, bienes y rentas de la Mesa Maestral quedaron en posesión de la corona, entendiendo como Mesa Maestral al conjunto de bienes, rentas y derechos que los santiaguistas se reservaron para el mantenimiento y administración de la institución ya desde finales del XIII. Por lo tanto, eran bienes inmuebles y rentas de vasallaje no cedidas a las encomiendas y a sus comendadores, sino reservadas para cubrir los gastos del maestre y la institución.

Por lo que hemos averiguado, centrándonos ya en el asunto que nos ocupa, Quirico decidió intervenir simultáneamente en varias dehesas, pues intuía la continua aparición de problemas en los deslindes y mediciones por usurpaciones o malos entendidos, circunstancias que supondrían paros y dilaciones para respetar los plazos determinados en las probanzas, los careos y otros actos de justicia.

Por las averiguaciones de Quirico, no fue ésta la primera vez que se medían y deslindaban las dehesas de la Mesa Maestral en Extremadura, pues pudo indagar que, ya en 1530, Martín Gil López de Montoya fue nombrado juez de término para llevar a cabo en estas dehesas la misma misión que ahora, 66 años después, se le había encomendado.

sábado, 9 de abril de 2011

Berlanga, Valverde de Llerena y la Casa de Alba

La Casa de Alba y el nombramiento de oficiales concejiles de Valverde de Llerena para el año de 1802

Maria Teresa del Pilar Cayetana de Silva y Silva..., XIII duquesa de Alba... y Señora de Berlanga y Valverde de Llerena (Goya)

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Como ya tuve la oportunidad de relatar en mi libro sobre la Historia de Valverde de Llerena (Sevilla, 1999), las villas de Berlanga y Valverde de Llerena formaron parte de la encomienda de Reina hasta el 13 de marzo de 1590, fecha en la que definitivamente Felipe II las vendió con sus vasallos y términos a la marquesa viuda de Villanueva del Río (y Minas), separándola de la encomienda de Reina y de la Orden de Santiago. Es decir, sus vecinos ya no eran vasallos de la Orden de Santiago, sino del señorío y marquesado citado, que con esta operación también adquiría las rentas de vasallaje (el diezmo, fundamentalmente) y la jurisdicción o capacidad legal para gobernarlos y administrarlos judicialmente en primera y segunda instancia. El precio fijado fue de 60.378.027 maravedíes.

A esta situación de deterioro institucional de las Órdenes Militares se llegó una vez que los Reyes Católicos convencieron al papa Inocencio III para que les nombrase administradores perpetuos de las distintas Órdenes (Calatrava, en 1488; Santiago, en 1493; Alcántara, en 1494). Posteriormente, por bula de León X este privilegio recayó en Carlos I (1515) y, finalmente, por otra de Adriano VI (1523) se asignaron los maestrazgos de forma perpetua a la Corona.

Los Reyes Católicos, aunque se aprovecharon económicamente de estas instituciones en lo que les correspondían, respetaron el modelo de gobierno y administración de la etapa anterior, manteniendo intactas las jurisdicciones, el modelo administrativo y los privilegios santiaguistas, como de ello ha quedado constancia en la mayoría de los archivos municipales consultados.

Los Austria, sus sucesores, tomaron un rumbo bien distinto. Se estima que no existió ningún plan preestablecido, sino el del oportunismo político al que se prestaban los maestrazgos recientemente incorporados a la Corona, en los cuales ensayaron una serie de intervenciones que después se generalizarían en toda Castilla. Me refiero a la venta y empeño de villas, vasallos, tierras baldías, oficios públicos y otras prerrogativas reales en los territorios de Órdenes, en un proceso de reseñorización. Se inició este abusivo desman¬telamiento territorial, alegando siempre dificultades financieras y defensa de los intereses de la cristiandad, tras las bulas de Clemente VII (1529) y de Paulo III (1538), las cuales facultaban a Carlos I para desmembrar y separar de las Órdenes, en favor de particulares, villas y lugares, fortalezas, vasallos, jurisdicciones, baldíos, dehesas y otros bienes inmuebles, siempre que su valor en renta no superasen 40.000 ducados (14.960.000 maravedíes).

Felipe II siguió la misma línea de enajenaciones ya iniciada por su progenitor. En este sentido, obtuvo nuevas bulas para enajenar bienes raíces cuyas rentas anuales no superasen 80.000 ducados, vendiéndose en esta partida los pueblos de Berlanga y Valverde a la citada marquesa.

Sin embargo, más adelante, siguiendo lo prescrito en las Leyes de los Mayorazgos o de Toro (en las que intervino decisivamente el licenciado Zapata, ilustre llerenense), en la segunda mitad del XVII dicho marquesado, y con él el señorío de Berlanga y Valverde, quedó incluido en el mayorazgo, señorío y ducado de Alba, cuyos sucesivos titulares ostentaron y ostentan, por lo tanto, el señorío de estas dos villas.

Entre otras prerrogativas anexas al señorío, estaba la de nombrar anualmente alcaldes y regidores concejiles, como ocurrió, por ejemplo, en 1801, cuando era titular del señorío de Alba la XIII duquesa, es decir, doña María Teresa del Pilar Cayetana de Silva y Silva…, muy conocida, entre otras cosas, por los retratos que le hizo Goya, como el que se incluye en cabecera.

En el documento impreso que también se adjunta en cabecera (Actas Capitulares de Valverde de Llerena en 1801), se puede apreciar, aparte de la intervención de la casa de Alba en la elección de alcaldes y regidores de Valverde, los apellidos y títulos que para entonces había acumulado.
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